viernes, 31 de octubre de 2008

A mi madre

De una mano me he aferrado,
Sin dudar, te he buscado;
Sin dudar te he alcanzado.
Y sin demora te he encontrado.

Una sonrisa de la nada se ilumina,
Una sonrisa que a más de un hombre acaricia;
Un roce de candidez enternecedor,
Sin pensarlo me has ofrecido, he recibido.

Frente a ti desnudo, sin fuerzas;
No hay respiro, no hay orgullos;
Débil y desesperado,
Sólo quedas tú, frente a mí eres tú.

Más que una guía, una mujer;
Más que una mujer, una amiga;
Más que amiga… una madre;
La única dentro de mí.

Capaz de entenderme, y de conocerme;
Capaz de ser yo sin verme,
Capaz de sentirme sin tenerme,
Capaz de saber mi vida sin vivirla.

Has de ser aquella que siempre tendré,
Eres la que no perderé, ni olvidaré;
La única que inevitable he de amar,
La que sin duda me ha enseñado a amar.

Abrazado desde el nacimiento,
Amado durante una vida entera;
Años en tu piel cobijado, una caricia he encontrado.
De tu mano he crecido, a tu mano aferrado.

Una sonrisa al despertar,
Un beso al salir, una voz despedir;
Un beso al reencontrar ese amor incondicional.

Si amor te ha faltado, perdóname;
Porque amor he tenido, gracias.
Porque mi vida he crecido feliz,
Un corazón a latido junto a ti.

Hoskar

No hay comentarios:

Entradas populares