lunes, 15 de septiembre de 2008

Mi vida en tu vida, tu sueño te sueño

De pronto despierto, no es un día normal
El aire está denso, es difícil respirar, me ahoga.
Aprisionado en mi mismo deseo escapar.
Salir de este cuerpo, dejar esta cáscara y mostrarme.

Frágil es mi interior, ya casi nada queda dentro.
Consumido entero por el exterior, por el mundo, mi mundo.
Enseñar lo que soy sin ningún disfraz.
Soportar ya no más a esta gente hipócrita.

Corro sin dirección ni sentido, deseo correr.
Mis secretos revelados, un cambio necesito.
Mis ojos no soportan ya el peso, y las lágrimas brotan.
Estallan de desesperación; corro y la sola brisa me daña.

Mis piernas me han dado libertad, puedo gritar, llorar, correr.
Pero sigo ahogado, el aire no basta, no hay oxigeno capaz de entrar en mí.
Debo yo salir, escapar; liberar, calor y sofoco.
Mis ropas me molestan, harapos inservibles que sólo ocultan.

Te has protegido tu vida entera tras ellos,
Me he protegido mi vida entera con ellos;
Me he protegido porque así me lo han pedido.
¿Quién eres tú para esconderme detrás?

De mis ropas despojado ahora respiro.
La gente me mira, me señala; no soy normal.
¿Normal?, normal es ocultarse; libertad es arrancarse.
Corro, grito, lloro, desnudo, respiro, sueño…

Los árboles del oscuro bosque me rodean,
La soledad me acompaña como la más fiel compañera.
El sendero hacia el lago se me ha alumbrado.
Sus aguas me llaman, como una compañía seductora.

Mi cuerpo, envuelto en mi propio cabello, vestido sólo de mí.
Mi alma, es una con mi piel, ya no hay cáscaras.
Mi pelo siente el frío de las aguas, me envuelvo en él y me hundo.
El lago tiñe sus aguas, de mi vida color.

Color de vivir, color vivido.
Rojo de dolor, azul del cielo esperanza
Rosa del amor, y un blanco enternecedor.
Color perfecto, color vivido, color ya muerto.

Mi pelo llena el lago, se estira flotando.
Mi cuerpo ya no se ve, hundido aún respiro.
No veo el cielo, no veo la superficie.
Mi pelo, negro, me ha cegado.

Luces se filtran, puntos entre la oscuridad.
Luces en la oscura noche, luces de dormida ciudad.
Pensativo las he mirado enamorado.
El sol se esconde, la ciudad se alumbra.

Desde mi ventana las he observado.
Aire fresco de noche, me hace recordar.
Hermoso paisaje urbano; desde mi balcón inspirado.
En la orilla hacia al vacío, la gente me quiere empujar.

Escucho de fondo una triste canción,
Escucho de fondo mi triste vida.
Los verdugos me han alcanzado, y en mi vida ingresado
Los verdugos en mi cuarto, al vacío me han lanzado.

Es la sensación de caer sin miedos, ver el fin acercarse.
El frío inunda mi cuerpo, humedad y burbujas.
Caigo dentro de un lago ahora fucsia, mi pelo vuelve a mi cabeza.
Ya no respiro, me ahogo, veo una mano, sin dudar me sujeto.

“alguien me ayuda, no sé quien es, porqué lo hace,
¿Porqué lo haces?, a tierra me has traído.”
“ocupas el lago que ayer soñé, donde quise caer”
Mi rostro veo en él, mi rostro veo en ella.

Mi alma vuelve a mí, respiración una sola.
Vuelvo a ser yo, mañana viviré.
Mañana volveré, no hay escape; pero ahora hay alguien.
De pronto despierto, hoy ya no es día normal.

“Mañana estaré vivo”.



Hoskar

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